martes, 12 de enero de 2010

HOY VA DE... REFLEXIONES JUVENILES

A cada paso que doy, parece que la vida me hace un guiño y me aconseja con señales subliminales y "ocultas" cual puede o debe ser mi futuro. Hace ya unos días, asistí a un concierto de Joaquín Sabina. Cual adolescente febril, anduve toda la semana previa al concierto escuchando prosodias del maestro, destacando, entre otras, la mítica "La del pirata cojo". Ya sabéis: ni tabernero en Dublín, ni siquiera boxeador en Detroit…

Fue unos días después cuando el místico y herético "Estudiante de Salamanca" de Espronceda -que ningún estudiante en la ciudad de la plata debe ignorar- hizo que volviera a mis andadas adolescentes. Para rememorar mis 15 primaveras, volví a las apologías "esproncedianas" y a sumergirme, como no, en sus océanos con "La canción del pirata", surcando mares con bandera rasgada de fondo negro.

Ayer mismo irrumpió en mi vida la última de las señales, causas de mi gran rayada de sábado por la tarde. Leyendo el renombrado "El corazón de las tinieblas" de Joseph Conrad, británica narración de marineros, piratas y navegantes, me abordó la siguiente oración que aparece literalmente en el libro: "Los marinos suelen ser hombres de vida sedentaria, Los marinos suelen ser hombres hogareños y su hogar, su barco, está donde ellos están, y lo mismo sucede con su país, la mar". Como si se tratara de la transcripción prosaica de los versos de nuestro querido Espronceda, estos pasajes hacían que recordara mi infancia, perdida entre aguas de bañera y barcos de pirata de Playmovil.

Todas estas imágenes y recuerdos se entremezclan ahora en mi cabeza. No puedo dejar de pensar en parches negros, patas de palo y loros rojigualdos colgados de mi hombro, que repiten en forma de eco los lamentos procedentes de los bigotes del Capitán Garfio. Ahora, y sólo ahora, es cuando las inquietudes de Sabina, Espronceda y Conrad se desentrañan ante mí y comprendo su romántica atracción por hombrecicos que caminan de proa a popa gruñendo y emitiendo cánticos arrogantes. Ahora es cuando, a falta de meses para acabar mi carrera, con un futuro incógnito al doblar la esquina, se me presenta la idea más clara…

"Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi unica patria, la mar"

Mamá… ¡quiero ser Pirata!

No hay comentarios:

Publicar un comentario